Una nueva herramiento para el manejo de plagas

Un experto en mitigación de riesgos analiza en detalle el ácido hipocloroso (HOCl) y su papel en los departamentos de servicios ambientales hospitalarios.

En 1834, el químico francés Antoine Jerome Balard hizo un descubrimiento crucial cuando agregó una mezcla diluida de óxido de mercurio (II) en agua al gas cloro, resultando en el ácido hipocloroso (HOCl). No solo identificó el HOCl como una solución desinfectante eficaz y segura, sino que también colocó las bases para su aplicación en diversas industrias.

En el siglo XIX, Michael Faraday fue pionero en el desarrollo de una técnica exitosa para producir HOCl a partir de agua salada, proceso conocido como activación electroquímica. Sin embargo, mantener una versión estable del HOCl con una larga vida útil resultó ser un desafío complicado y costoso hasta hace poco.

Ácido Hipocloroso: Un Poderoso Oxidante

El HOCl es considerado el oxidante más potente en la familia del cloro, superando incluso al hipoclorito de sodio (comúnmente conocido como lejía). Su pH ligeramente ácido y neutro, que oscila entre 5 y 7, lo convierte en una sustancia natural presente en los glóbulos blancos de mamíferos, incluyendo a los seres humanos. El HOCl es altamente soluble en agua y se caracteriza por ser una solución no tóxica.

A diferencia de otros compuestos, el HOCl es neutro y, por lo tanto, no repulsa las bacterias, sino que las atrae. Esto permite que el HOCl penetre fácilmente las paredes celulares bacterianas, resultando en una rápida eliminación de las células.

Los profesionales médicos reconocen que el ácido hipocloroso (HOCl) se encuentra de forma natural en todos los mamíferos, desempeñando un papel crucial en la protección y la recuperación del cuerpo contra una variedad de patógenos, tanto internos como externos.

El HOCl se emplea en una amplia gama de aplicaciones, desde el cuidado de heridas hasta la desinfección de superficies, la seguridad alimentaria, el tratamiento de agua, la purificación de pozos de petróleo y gas natural, la desodorización y la producción de productos para el cuidado de la piel, así como un desinfectante seguro para alimentos y superficies de preparación de alimentos.

Ácido Hipocloroso en el Entorno Hospitalario

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el HOCl como un medicamento esencial debido a diversas aprobaciones y certificaciones:

Aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para su uso en productos alimenticios, superficies de contacto con alimentos, utensilios y equipos de procesamiento de alimentos.
Aprobación de la FDA para más de 10 soluciones de grado médico basadas en HOCl para el cuidado de heridas.
Aprobación del Departamento de Agricultura para su uso en el Programa Nacional Orgánico.
Aprobación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para su uso como desinfectante sin enjuague en el agua potable y para 17 productos con finas de desinfección COVID-19.
Uso aprobado por Health Canada, el gobierno australiano y el Instituto Nacional de Tecnología y Evaluación de Japón en la lucha contra el coronavirus.
Durante la pandemia de COVID-19, se implementaron sistemas de nebulización de HOCl en entradas y salidas de instalaciones de transporte público en muchos países. Incluso los hospitales adoptaron esta tecnología para desinfectar a las personas que ingresaban a sus instalaciones.

El HOCl, producido fácilmente en el lugar, se ha convertido en una opción eficaz y rentable. Incluso las naciones en desarrollo utilizan túneles de nebulización de HOCl en hospitales y como requisito previo para las ambulancias que ingresan a los hospitales. Grandes ciudades, como Mumbai, han encontrado que el uso de HOCl en hospitales y terminales de tren reduce el riesgo de exposición al virus SARS-CoV-2.

Uso Responsable del Ácido Hipocloroso en Hospitales

A pesar de su amplia aceptación y beneficios, surgen preguntas importantes:

¿Por qué no se utilizan generadores de HOCl en hospitales de Estados Unidos y Canadá para reducir el uso de desinfectantes?
¿Por qué las compañías químicas mantienen un control significativo sobre los mercados de desinfectantes en hospitales y centros médicos de América del Norte?
¿Son conscientes los hospitales de que pueden generar HOCl in situ a bajo costo, siendo 100 veces más efectivo que la lejía y más seguro para las personas y el medio ambiente?
¿Saben los hospitales que el HOCl cumple con los pilares de seguridad, eficacia y costo establecidos por la Asociación de Profesionales de Análisis de Valor en Atención Médica y otros organismos de certificación?
¿Tienen conocimiento de que el HOCl no deja residuos pegajosos en las superficies y emite solo un ligero olor a piscina?
El HOCl es seguro tanto para el personal como para los pacientes y sus familias. Además, es amigable con el entorno hospitalario y económico. En última instancia, la eficacia de un desinfectante radica en su capacidad para eliminar los patógenos sospechosos al entrar en contacto con ellos, y esto se logra mejorando la eficiencia, reduciendo costos y minimizando el impacto ambiental.